Los temporales dejan desprotegidos 35 kilómetros de playas valencianas en un mes

Propietarios de chalés y hosteleros sólo tienen una opción: esperar de brazos cruzados a una apuesta decidida del Estado por frenar de un plumazo la regresión que sufre prácticamente toda la costa de la Comunitat. Un plumazo caro pero muy efectivo que supondría el trasvase de parte de los 100 millones de metros cúbicos de arena que se encuentran en un banco bajo el mar entre Cullera y Valencia. Pero habrá que tener paciencia. Si las cosas de palacio van despacio, más lo van las de la administración central en materia de protección de playas. Hasta ahora, el Ministerio de Medio Ambiente ha realizado una gran inversión en trasvases desde hace más de una década en zonas como la Safor. Pero todo el esfuerzo por ampliar la franja costera ha fracasado por la fuerza del mar. Un estudio de la Universitat Politécnica de Valencia asegura que construir de manera artificial playas de 40 y 50 metros de anchura permitiría mantener el litoral en perfectas condiciones durante una década. Hosteleros, vecinos y partidos políticos como el PP conocen este informe y han recordado al Ministerio de Medio Ambiente la necesidad de una solución definitiva que acabe con la constante devastación de la costa y la adopción de medidas urgentes para comenzar la temporada turística con buen pie. De momento, la Dirección General de Costas ha anunciado una inversión de un millón de euros en la regeneración de las playas de la Marina, las más dañadas de los últimos temporales. Las de la Safor no tendrán tanta suerte este año porque la propia directora de la Demarcación de Costas, Lidia Pérez, manifestó que la arena perdida era sólo una «pequeña parte de la que se trasvasó el año pasado». Las playas de Castellón dañadas la pasada semana como Torrelasal en Cabanes, Almazora o Benicarló, no saben todavía si entrarán en el lote. Ver noticia completa